La industria de la construcción, columna vertebral de la economía global, representa el 13% de la actividad económica mundial y contribuye con un 6% al PIB de México. Sin embargo, su impacto ambiental es innegable. Desde la extracción de materias primas hasta la demolición, el ciclo de vida de cada material deja una huella ecológica significativa. Según un informe de 2020 de Shell, esta industria contribuye con 5.4 gigatoneladas de emisiones de gases de efecto invernadero, equivalentes al 16% de las emisiones globales totales. Estos datos nos recuerdan que cada decisión constructiva tiene implicaciones profundas en los recursos naturales y, por ende, en el futuro del planeta.

Reimaginando la Construcción: Hacia una Nueva Cultura Material
Reducir el impacto ambiental en la construcción exige una transformación radical en la selección de materiales. La sostenibilidad no solo es una tendencia, sino una necesidad urgente. Factores como el ciclo de vida, la toxicidad y la resiliencia frente a condiciones climáticas extremas se vuelven esenciales en el diseño moderno.
Materiales clásicos como la madera, la arcilla y las piedras mantienen su relevancia como opciones ecológicas por excelencia, gracias a su baja huella de carbono y capacidad regenerativa. Con el auge del reciclaje, materiales como acero y plástico reciclados están revolucionando la fabricación de bloques, mobiliario y acabados. Sin embargo, su implementación en proyectos a gran escala aún enfrenta barreras económicas y técnicas. Tecnologías emergentes como la impresión 3D están permitiendo el diseño de componentes sostenibles, como mobiliario hecho con textiles reciclados y hasta estructuras enteras creadas con materiales alternativos.
El Desafío de Escalar la Sostenibilidad
La transición hacia materiales sostenibles no está exenta de desafíos. La construcción en México depende todavía de materiales intensivos en carbono como concreto y acero. Lo que corresponde es encontrar formas y materiales que cuenten con tiempos de vida útil extendidos y prácticas responsables de fabricación las cuales incluyan un ciclo de vida circular; pensando no solo en crear un producto con sistemas de bajo impacto ambiental, además de ello debemos pensar en que, al término de su vida útil, éstos puedan ser reciclados en algún porcentaje. Una larga vida útil de los materiales utilizados diluyen en el tiempo del impacto ambiental de lo utilizado.
Ejemplos de éstas prácticas, lo tienen marcas de grifería como Brizo y Delta que han apostado por desarrollar productos están diseñados para reducir la cantidad de agua que usas, al tiempo que aseguran el máximo confort y los materiales con los que se fabrican garantizan una larga vida útil y pueden ser reutilizados al cierre de ciclo. Otro material altamente recomendable para usar en construcción es el vidrio de altas prestaciones proporciona transmisión de luz natural al tiempo que ayuda a limitar la ganancia de calor y la transferencia de energía térmica y es cien por ciento reciclable.
El concepto de urbanismo cósmico está reimaginando la manera en que los materiales se integran en entornos urbanos. Este enfoque busca que los edificios no solo sean sostenibles, sino que participen activamente en la regeneración de los ecosistemas urbanos, convirtiéndose en aliados climáticos y sociales.
El futuro de la construcción exige más que soluciones técnicas; requiere un cambio de mentalidad que equilibre estética, funcionalidad y sostenibilidad.
¿Estamos dispuestos a repensar nuestros paradigmas actuales y priorizar materiales que transformen nuestras ciudades en entornos regenerativos?
Cada proyecto arquitectónico es una oportunidad para diseñar en consciencia, y cada elección de material es un paso hacia un mundo más responsable.
¿Qué papel jugarás tú en la transformación de la construcción?
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